Decía que era del chachachá, pero toda la culpa del rock canalla, castizo, y puramente español es suya: Jaime Urrutia es el padre de un estilo y el icono de una generación.
Hace tres años, fuera de Gabinete Caligari, grabó Patente de corso [2002], su primer disco en solitario. En 2005 edita El muchacho eléctrico, un disco en el que comienza a permitirse la licencia de explorar sonidos algo más latinoamericanos.
El álbum se abre con Clases de Rock’n’roll, un homenaje a las referencias rockeras de Urrutia con un mensaje de reivindicación de esta música como materia imprescindible en la cultura general. La segunda pista, Nada por aquí, oscura y melódica, cuenta con la colaboración de Bunbury y es una de las destacables del disco. Maribel, "la letra divertida del disco" según Jaime Urrutia y primer single, hace un guiño al sonido latino y puede recordar al tema presentación de Patente de Corso [2002] ¡Qué barbaridad!, además comparten temática mujeriega. Pasimisí, Pasimisá es un tema intimista a medio ritmo de blues, coloreado con arreglos de viento. que engancha desde el principio, digna de repetir en el reproductor. (Saca tu culo) de aquí es una declaración antiterrorista moldeada como la canción más dura del disco. Si la vida te lo da es un tema de los valencianos La Rocka, tiene un ritmo de quickstep fácil de escuchar. El séptimo corte, Dame más, es un tema en la línea Urrutia, de nuevo mirando a brasil; se empezó a componer a partir de una bossanova. Pitusa, es según Jaime un tema personal, pero que parte de Fortunata y Jacinta de Galdós. Cariño es la primera piedra de El Chico Eléctrico [2005], el título lo dice todo. Azurro, es una versión de Paolo Conte, tocada al estilo de Calentano, con un sonido muy mediterraneo. Cierra el disco El hombre que hay en mí, tema que iba a dar título al album, y que mira en lo más profundo del animal que hay en el hombre a través, por supuesto, de Jaime Urrutia.
El ex-gabinete sigue siendo toda una personalidad del rock, leyenda viva de la música española.
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