PRECEDENTES
Estar ante Coldplay no es estar ante virtuosos para escuchar canciones que vayan a pasar a la posteridad de la historia de la música, pero impone, porque son los alumnos aventajados de los que compusieron aquellos temas que todos recordaremos y con los que seguirán vibrando posteriores generaciones; y al escucharlos se descubren continuamente sonidos y recursos entrelazados extraidos de grupos como U2 o Radiohead. Llegaron el pasado noviembre a España con su X & Y (que por alguna extraña razón en España se ha llamado equis e y griega) bajo el brazo y tres citas: Barcelona, Madrid y San Sebastián.
Se dieron a conocer en 2000 con Parachutes, su disco debut, en el que se podían escuchar Don’t Panic, Shiver o Yellow y un single en concreto: Trouble. 2002 fue el año de la explosión (¿o debería decir explotación?) comercial de Coldplay con el lanzamiento de A rush of blood to the head y de la canción Clocks, aunque en ese álbum también había canciones como In my place, o The Scientist.
X & Y
El esperado tercer disco de estudio de los británicos (X & Y, 2005) ha dado un fruto irregular y decepcionante para muchos. La propia banda confesó ante la prensa al presentar el disco que las sensaciones que provocaban las canciones conforme iban desarrollandolas no eran las esperadas de unos temas dignos de ser editados. Ni que decir tiene que esto nunca ha sido cortapisa para una discográfica. En su favor hay que decir que han sabido llenar el disco de sonidos nuevos, obtenidos sobre todo del hammond como en Fix You.
Su progresión irregular se abre con el sonido sintético de Square One para luego pasar a la aburrida What If. La tercera es posiblemente la mejor canción del álbum, White Shadows, que cuenta con una de las voces más completas de Chris Martin. El cuarto corte, Fix You, segundo single, es otra balada del disco con cuyo final de intensidad no muy conseguida se ensalza en el clip con imágenes de Glastonbury. Talk, también single, está basada en una sencilla meoldía de guitarra. El sexto corte es X & Y, un nuevo bajón en el álbum. Después suena Speed of Sound, tema prometedor en aquellas promos acústicas de la cadena Mtv, pero que en el disco está arreglado con un piano al estilo de Clocks que da la horrible sensación de una creatividad nula. Siguen el disco sin pena ni gloria A message y Low. A partir de este punto el álbum toma un sonido más definido. Suena la melódica The hardest part, un pop que suena muy británico con guitarras arpegiadas., dando paso a Swallowed in the sea. La penúltima canción es Twisted Logic y viene a corroborar la mediocridad de X & Y. Coldplay cierra el disco con un guiño al folk americano con Till kingdom come.
EN DIRECTO
El Palacio de los deportes de Madrid se fue llenando a la vez que Goldfrapp teloneaba a las estrellas de la noche con un sonido electrónico y una puesta en escena en la que lo único que se movía eran las luces del escenario. Tras veinte minutos de directo un apagón en el escenario y la mesa de control dio fin a su actuación.
Sin retraso Coldplay subieron al escenario con las notas del tema de Square One, tema que abre X & Y. La luminotecnia y la calidad de sonido evitaron que el concierto se viera empañado por las carencias técnicas de los británicos, sobre todo las de la voz de Chris Martin. El público volcado saltaba bajo balones amarillos en Yellow o el bucle de una proyección de un oso que parecía asomarse al anfiteatro más alto del Palacio de los Deportes en Talk. Sonaron grandes canciones de discos anteriores como Trouble, In my place o The Scientist. Del nuevo destacaron White Shadows, Talk y emborronaron el concierto las acústicas Till kingdom come y Green eyes.
Poco después de lanzar X & Y, Coldplay anunció la posibilidad de grabar nuevo disco en la primera mitad de 2006, esta vez, según decían, de corte más duro y prescindiendo de teclados. A la espera quedamos, porque el último disco sabe a poco después de A rush of blood to the head.
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