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El setenta aniversario del fusilamiento de Lorca

<p>La noche abraza el alma y la mece suave y dulcemente, la Luna sonr&iacute;e mientras la brisa va dejando ateridos los cuerpos all&iacute; en Alfacar, donde todos suponemos que fusilaron a Lorca.<br />
En muchos aspectos fue una noche especial, no s&oacute;lo por el homenaje que se le rend&iacute;a al poeta granadino, sino tambi&eacute;n porque hac&iacute;a muchos a&ntilde;os que hab&iacute;a dejado de asistir a este tipo de actos. As&iacute;, por un volunto extra&ntilde;o, tom&eacute; rumbo hacia Alfacar &ndash; V&iacute;znar y me present&eacute; all&iacute; con tan s&oacute;lo quince minutos de retraso. El &eacute;xito de la jornada estaba ya asegurado, no hab&iacute;a ni hueco para aparcar la moto. No s&eacute; cu&aacute;nta gente podr&iacute;a haber, nunca he sido bueno para esos c&aacute;lculos, pero sin duda hab&iacute;a mucha, no s&oacute;lo de Granada sino tambi&eacute;n de fuera que hab&iacute;an acudido exclusivamente para el acto.<br />
Aprovechando que siempre todo comienza tarde, a pesar de que yo ya me hab&iacute;a retrasado – llegu&eacute; justo cuando estaban las personalidades en la entrada del parque, haci&eacute;ndose las imprescindibles fotos -, me fum&eacute; un cigarrito contemplando al personal hasta que un grito de &ldquo;Viva Lorca&rdquo; transform&oacute; mi paz interior del momento en una mala leche plausible. Tratando de no olvidar que estas estupideces son t&iacute;picas no exclusivamente de los est&uacute;pidos sino tambi&eacute;n de estas reuniones, soport&eacute; estoicamente el &ldquo;Viva la Rep&uacute;blica&rdquo;, &ldquo;Viva Espa&ntilde;a&rdquo; y &ldquo;Viva Alfonso Guerra&rdquo;, pena que nadie se acord&oacute; de un Viva Elvis.<br />
Como el bar m&aacute;s cercano estaba un poco apartado, decid&iacute; intentar soportar las tres horas de sermones sin alcohol en el cuerpo, esfuerzo que nunca ser&aacute; justamente valorado.<br />
Floreado el monolito en el que se recuerda a Lorca y su fusilamiento, adem&aacute;s de al resto de v&iacute;ctimas de la guerra civil, los participantes se dirigieron hacia sus respectivos lugares para comenzar el desfile. Sin duda el que m&aacute;s acertado estuvo fue Alfonso Guerra, quiz&aacute; me vea influenciado por una admiraci&oacute;n casi ciega por semejante perro de presa. Tambi&eacute;n participaron los directores de cine Miguel Hermoso y Emilio Ru&iacute;z Barrachina, qui&eacute;n nos adelant&oacute; junto a alg&uacute;n comentario est&uacute;pido y cobarde el documental de pr&oacute;xima aparici&oacute;n &ldquo;Lorca, el mar deja de moverse&rdquo;, Lluis Pascual, director afamado de teatro, Marcos Ana, Amancio Prada, que nos deleit&oacute; con su m&uacute;sica,&nbsp; Carmen Calvo y otros que merecen menci&oacute;n aparte.<br />
Al primero que quiero destacar es al alcalde de Alfacar, Juan Caballero, el cual me hizo disfrutar, en un acto que en un principio era cultural, al encontrar a alguien que casi no sabe leer pero se sube a la tarima a hacer el rid&iacute;culo.<br />
Al segundo que quiero destacar es a Antonio Mart&iacute;nez Caler, presidente de la Diputaci&oacute;n de Granada, que nos larg&oacute; un minimitin pol&iacute;tico en plan bestia que fue el c&eacute;nit de todo el resto de comentarios pol&iacute;ticos que se hicieron a lo largo de la noche. Ya de paso, aunque no creo que lea esta revista, le recuerdo al se&ntilde;or presidente que cuando se tiene un micr&oacute;fono en la boca no hace falta gritar.<br />
El tercero, el hispanista Ian Gibson, comisario del acto, es un personajillo del que prefiero ni hablar, lo &uacute;nico que me gustar&iacute;a decirle es que piense la diferencia que hay en &eacute;l como persona cuando lleg&oacute; en los a&ntilde;os sesenta a Espa&ntilde;a y ahora, que no tire m&aacute;s piedras y esconda la mano, que no se las d&eacute; de t&iacute;o &iacute;ntegro cuando no se comenta eso por alg&uacute;n pueblo granadino, que no confunda los huesos de Lorca con su obra y que si las derechas y la Iglesia son hom&oacute;fobas la izquierda precisamente no puede decir lo contrario, menos la izquierda que este tipo de intelectualoides representa: la izquierda fascista.</p>
<p>En el 70 aniversario del fusilamiento de Lorca se hizo un discurso pol&iacute;tico en esa constante lucha por agrupar m&aacute;rtires, esta nueva memoria hist&oacute;rica se est&aacute; manipulando para, en lugar de recordar, echar mierda hacia los que ya no est&aacute;n. Muy desatinado me pareci&oacute; llamar asesino al que fusil&oacute; a Lorca, puede que lo sea, no lo s&eacute;, pero creo que no es justo denominar as&iacute; a alguien que se encuentra inmerso en una guerra, que recibe &oacute;rdenes; no creo que desde nuestra perspectiva podamos enjuiciar un hecho como aquel justamente.<br />
Otro punto fuerte de la noche fue el tema sobre los restos de Lorca, sobre lo cual casi todos opinaron, y que fue la causa m&aacute;s que probable de que la familia del poeta no acudiese.</p>
<p>Har&aacute; unos diez a&ntilde;os que fui a mi primer cinco a las cinco y, en todo este tiempo, el discurso sigue siendo el mismo, las paridas las mismas, los que se enriquecen con todo el tema los mismos, los que obvian lo m&aacute;s importante de Lorca los mismos, los que manipulan la figura del granadino los mismos, los que provocan que esta ciudad tenga un m&aacute;rtir y no un grand&iacute;simo poeta y dramaturgo, los mismos.</p>

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