<p>Tras tanta campaña intentando involucrar y concienciar a la ciudadanía para que no se malgaste agua, ahora descubrimos que no somos nosotros los que somos unos incívicos sino los mismos de siempre, los que pagan por esos “publirreportajes” pero que no se ocupan de que una simple tubería no tenga un escape.<br />
Ahora van a centrar su mensaje en los guiris, que consumen el doble que los de aquí, y no porque no hayan descubierto nuestra cerveza y las tapitas, sino porque son así, porque ellos no tienen problema de sequía y es imposible que puedan llegar ni tan siquiera a imaginarse que en este país es un problema muy serio.<br />
Así, los que llegan a Andalucía, una de las regiones con mayores deficiencias, en cuestión de agua también, quedan admirados por nuestros innumerables campos de golf, deporte de interés público y que se practica tan numerosa y asiduamente que hace imprescindible el aumento del número de agujeros por metro cuadrado. Lo más mejor es que estas plazoletas no necesitan prácticamente del líquido elemento para ser cuidadas y que, por supuesto, fieles una vez más a nuestra lógica aplastante, estos campos de protección oficial nacen de la nada en aquellos lugares donde mayor sequía hay.<br />
No importa que haya restricciones, que nuestros embalses estén bajo mínimos, que haya pensamiento de, como siga esto así, tener que escarbar para utilizar el agua subterránea, la visión de futuro es construir campos de golf a mansalva por si, con un poco de suerte, cae una bola con mucha fuerza en un hoyo y descubre un pozo. </p>
Perdiendo agua
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