Muchos dicen no tener miedo excepto a la muerte o a que se les caiga el cielo encima, yo no, yo tengo miedo al señor Pedro J. Ramírez, un tiparraco que sigue haciendo las delicias de la extrema derecha, de los inconscientes y de los que creen que Chanquete ha muerto.
Hace ya muchos años comenzó una encomiable labor de acoso y derribo hacia el PSOE, especialmente hacia la figura de Felipe González. No creo que esté mal levantar mierda, siempre en su justa medida ya que sacar mucha puede crear inestabilidad; el problema es el fin que persiguió el director de El Mundo. No sólo dudo mucho de él como persona o como periodista, es más, creo que su periódico es necesario en todos los países, la prensa amarilla siempre debe existir; dudo de él como demócrata. Pocos deben asustarse si en algún momento han escuchado que semejante pieza ha pretendido algo más que derribar un partido político para que acceda otro, la rumorología cuenta que su intención no era esa, que iba mucho más allá. Sus fuentes no sólo son dudosas sino que en muchos casos son una puñetera mierda, algo que a él no le importa lo más mínimo.
Ahora llega Pedro J. El Regreso con una serie de artículos con una información vilmente manipulada y que la gran mayoría de los mortales, seres incultos e idiotizados, creerán de cabo a rabo; luego vendrán las tertulias intelectualoides en bares sobre has visto eso o has leído lo otro (no, en el Marca no aparece) y algunos tendremos que aguantar las opiniones de los subnormales de turno.
Es una pena que este señor no se haya dedicado a hacer sus vídeos y nos esté torturando con sus mentiras, con sus manipulaciones y con sus idas de pelota. Es un aprovechado que sería feliz en su Régimen, pudiendo exponer su magnánimo poder. Es una vergüenza total y absoluta si no se toman medidas legales contra él y su diario, es intolerable que no se tengan los suficientes para llevarlo a un Tribunal y alejarlo de cualquier medio de comunicación por ser peligroso socialmente. Si las representaciones nazis están prohibidas, las de Perdo J. Ramírez y su diario El Mundo también deberían.
Pedro J. y su mundo
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