La hermandad

Este libro es la continuación del
thriller histórico “El asesinato de Pitágoras”, del mismo autor.

Es una novela muy interesante y original,
porque el relato se desarrolla en dos momentos distintos de la Historia, o
mejor dicho, se narran dos historias que se desarrollan de forma paralela en
momentos distintos del tiempo, y en la que una es causa o consecuencia de la
otra.

Como origen de todo, el autor nos sigue
contando la historia de Akenón y Ariadna, la hija de Pitágoras, relato que era
el argumento base de la novela anterior , “El asesinato de Pitágoras”.

En esta segunda novela la pareja ha
tenido un hijo, Sinuhé, y está esperando otro. Forman una familia feliz y
económicamente bien situada. Pitágoras vive en Metaponte, y el discípulo
traidor, que en esta novela será llamado Khaos, es considerado por la comunidad
pitagórica como muerto espiritualmente. Pero Khaos no está muerto en realidad,
y desde donde cumple condena trazará un plan que pondrá en peligro tanto a
Ariadna y a su familia, como también a las generaciones posteriores.

Por otro lado y de forma paralela, la
historia continúa en la actualidad. En este segundo relato los protagonistas
son Daniel Martín, un joven estudiante de ingeniería informática, dedicado al
diseño y programación, y Elena Pastor, profesora de la Universidad Complutense
de Madrid en el departamento de Psicología Clínica.

Ambos personajes tienen en común poseer
altas capacidades, un coeficiente intelectual muy por encima de la media, y
pertenecen a la organización Mensa, que se ocupa de estudiar la inteligencia, y
que como club social facilita la interacción entre los sujetos considerados superdotados.

Pero Daniel y Elena se van a ver
envueltos en un turbio asunto: un asesinato donde la figura del pentágono y la
estrella de cinco puntas, ambas vinculadas con Pitágoras, estarán presentes.

Es así como se enlazan las dos historias:
por un lado la de Ariadna y Akenón, en el año 507 a.C., y por otro lado la de
David y Elena, en la actualidad.

Como ya he comentado antes, lo bueno de
esta novela es la originalidad y el efecto que el autor consigue sobre el
lector, manteniendo su interés en cada momento, obligándolo a pasar de una
historia a otra, del pasado al presente, tratando de desentrañar el misterio
que envuelve a un asesinato que presenta una marca característica: un pentáculo
invertido sobre la frente de la víctima.

Ambas historias se superponen, se
entremezclan y complementan. Y ambas son igual de interesantes, por lo que el
lector no puede parar la lectura.

Como punto débil del libro destacaría el final, que no termina de convencerme. Para mi gusto es muy socorrido. No puedo desvelar nada, pero opino que quizás un final más elaborado hubiera hecho una novela más espectacular. De todas formas, el final tiene lógica, y el escritor consigue cerrar bien la trama, por lo que el lector terminará la última página del libro satisfecho del desenlace.