Lamentablemente,
no podemos hacer borrón y cuenta nueva y comenzar un año nuevo de cero como si
nada hubiera pasado, sobre todo aquello de lo que no nos sentimos orgullosos.
Ojalá
pudiéramos resetearnos pero no somos máquinas, aunque a veces podemos ser tan
fríos y carentes de sentimientos como ellas.
Por
mucho que lleguemos a año nuevo con una montaña de deseos y nuevos propósitos,
sólo es el día después y un día más que bien puedes querer olvidar o recordar.
El
día a día hace un año, un año de tu vida del tiempo que tienes fijado como para
perderlo creyendo que es eterno.
Cada
día es un propósito de ser mejor y ese debe ser el deseo de cada día al
despertarte y no el de un día en concreto del año.
Y
para colmo, lo festejamos y nos apresuramos en llegar a año nuevo sanos y
salvos cuando nos lo impiden antiguos deseos y propósitos que vamos arrastrando
año tras año por no haberlos cumplido, porque siempre es más de lo mismo.
El
último día del año es sólo eso, el último día del calendario que vamos a romper,
tirar a la basura y seguir hacia delante como si nada hubiera pasado.
Nada
va a cambiar si no has trabajado durante todo el año para cambiarlo. Sólo es un
año más o un año menos, dependiendo del punto de vista del que lo queramos
mirar.
Pidamos
el deseo de que se cumpla a diario, el propósito digo, para que no nos
frustremos el día 2 y esperemos todo un año para renovarlo, el deseo digo.
La
mayoría deseamos que acabe el año y sólo nos cabe preguntarnos si es un año más
que hemos dejado pasar. Porque no hemos venido aquí para pasar el rato y mucho
menos para mirar a otro lado.
La
conclusión es, que tanto para bien como para mal, todos los años suman. La
diferencia de un año a otro no la hace el día, es el día a día.
Año
nuevo, vida nueva. La vida es una y los años pueden ser muchos, pocos o
demasiados. No podemos empezar de cero pero sí podemos cambiar desde ya, tras
comernos las uvas, y no sólo cuídate de no atragantarte con ellas, tampoco lo
hagas con los propósitos y deseos del nuevo año, los mismos que al final solemos
abandonar en la cuneta año tras año.
Hagas
lo que hagas con tu año no te que quepa la menor duda de que «en la vida no
todo vale pero todo cuenta».
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