“Cuando llega el invierno, la primavera no está lejos”
Casi todo el mundo conoce el camarote de los
hermanos Marx; pero casi nadie cita el
abrigo de Harpo, que viene a ser la contra escena, en Amor en Conserva. No se sabe si la prenda del mudo es una gabardina, pero de ahí sale de
todo; hasta el luminoso de una barbería y un perro. Films
así, tan modernos e hilarantes no se hacen, claro. Pensaba en ello,
mientras veía, 1917, la aclamada película de Sam Mendes.
Diría que es una película
correcta, e interesante, lejos de ser
una obra maestra. En otras décadas,
películas así, se hacían muchas. Hoy ésta
pasa por ser, quizás, la mejor del año. Y también me acordaba del relato o novela de corta de Hemingway; Aguas
Primaverales de 1926. Es un gozo leer al maestro norteamericano. Tampoco se
escriben relatos así. En un momento el
escritor recuerda escenas de la guerra.
“la mayoría
de los tipos que había conocido se habían sentido brutalmente excitados cuando mataban por primera vez. El problema
consistía en impedirles que mataran
demasiados”
El director
de;
El día más largo; Ken Annakin, comentaba que quiso hacer esa
película bélica, para mostrar los horrores de la guerra y tal vez
contribuir a que no hubiese más. Quizás uno de los aciertos de
1917, es mostrarla, sin maquillaje. Caballos putrefactos entre calaveras, ratas
entre el barro y devorando cadáveres. Muertos sin enterrar o atrapados entre
alambradas donde los pájaros les sacan los
ojos…etc. Esto es la guerra. Y en medio, el valor, la misión o el honor.
El refranero
habla de Febrero como: Febrerillo el loco. Volviendo al escritor “Sólo, con la cabeza
descubierta, la nieve cayendo sobres sus cabellos, iba avanzando sobre la vía
del tren. Era la noche más fría de toda su vida”.
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