El móvil ese pequeño artefacto diabólico que nos roba los pequeños momentos de la vida.
En el momento que te levantas y abres los ojos comienza un nuevo día, de ti depende que seas feliz o que te embargue la tristeza, el desanimo o cualquier otra emoción no precisamente positiva.
Dejando aparte los momentos puntuales por los que pases, enfermedad, duelo, problemas de trabajo, familiares, etc, que son realmente los que provocan el desajuste emocional, es verdad que los cambios primaverales o de estación nos traen unos días complicados.
Mi doctora una vez me dijo: sal y siéntate en un banco, deja que el sol te caliente la piel, y date un paseo observando cómo renace la primavera.
Es verdad, solo hace falta dar un paseo de 10 minutos, o quizás no ir corriendo como si se acabase el mundo, hay que respirar, respirar para que tu corazón se oxigene, no hacerlo a medias, mirar a nuestro alrededor y observar a los niños pequeños como se paran delante de una hormiga y la observan con curiosidad, esa curiosidad que nosotros hemos perdido.
Curiosidad es el placer de descubrir que la naturaleza tiene un poder de regeneración que nosotros hemos olvidado, y al fin y al cabo venimos de la misma tierra, nos nutrimos con ella, con sus productos, con las flores que nos ofrece le damos un descanso a nuestros ojos después de horas y horas en el ordenador o con el móvil.
Un café en una terraza viendo pasar a la gente de un lado a otro te hace darte cuenta que somos hormigas grandes corriendo pero sin orden ni con una meta determinada, volvemos de trabajar y volvemos corriendo para que no se nos escape el metro o el tren, cuando llegamos a nuestro destino llegamos tanto o más cansados después de una jornada de trabajo o de combinar dos trabajos.
Apenas quedan pájaros que son los que con sus trinos anuncian el principio de la primavera.
Bueno la realidad es que nos quedan las cotorras argentinas, esas que se han convertido en el punto de mira de los ayuntamientos, aunque antes fueron las palomas, y los perros…pero bueno dejar de correr y disfrutar del día a día es la nueva tarea que os pongo.
Lola mi cotorrita y Chico mi perro ambos los protagonistas de mi libro Un Recorrido Emocional .
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