Dicen que estamos monitorizados, nuestras conversaciones y mensajes están siendo grabadas. Estamos observados. Esto es un gran hermano pero a lo bestia y ya me gustaría que el que moviera los hilos del programa fuera Jorge Javier Vázquez pero en esta ocasión, el Sálvame es mucho más Deluxe.
Y, ¿qué digo yo ahora?
Si no digo lo que pienso reviento y
si reviento y digo lo que pienso, se me cae el pelo.
Cuánto de más hemos hablado y cuánto
tenemos que callar ahora, ¿verdad señores?
Ahora toca escuchar, obedecer y
callar por aquello de la sensibilidad y no provocar la alarma social, ¿es así
señores? Precisamente ahora que estamos curados, no del virus, pero sí de
espanto gracias a vuestra incompetencia y falta de sensibilidad y empatía por
los que estamos harto de limpiar vuestras mierdas y de seguro levantaremos el
puto país y hoy, también el mundo. ¿Se ha oído bien? ¿Lo han grabado?
Igual tienen razón y ahora toca
cerrar la puta boca por aquello de guardar fuerzas para cuando termine la
crisis del dichoso virus y comience la económica. Previsiblemente nos va a
tocar a los mismos de siempre amarrarnos los machos. Porque, ¿quién levanta un
país, señores?
Como dice el refrán, «la desconfianza
y el caldo de gallina no le hace daño a nadie» y a mí me sale caldo por las
orejas porque no sé a quién creer, pero mejor me callo que la voy a liar y
ahora toca cerrar la boca para dejar trabajar a sus señorías.
Me estoy quedando sin palabras, lo
reconozco. El virus se ve que me ha acojonado aunque saber que estoy monitorizado
no ayuda mucho.
La cosa es que entiendo lo de no
especular y no propagar bulos dado la cantidad de sinvergüenzas y mierdas sin
escrúpulos que hay sueltos, por lo que mejor me pongo un puntito en la boca
vaya a ser que ahora me haga famoso por decir lo que pienso cuando veo o
escucho y no sólo la versión oficial. Ahora estamos a otra cosa, ahí les doy la
razón a sus señorías.
No pensaba decir lo siguiente pero lo
voy a soltar para que conste en acta aún a riesgo de que me detengan por
subversivo.
Antes del virus, me despertaba el
perro de mi vecino cuando empezaba a ladrar por la terraza a las 7 de la mañana
al ver a su dueño marcharse. ¿Sabes qué? Ahora calla. NO LO ECHO DE MENOS
Cuando conseguía volver a coger el
sueño, a las 8.30 me volvían a despertar, pero esta vez las tres cafres de mis
vecinas llorando por no querer ir al colegio. ¿Sabes qué? Ahora callan las jodías.
NO LAS ECHO DE MENOS
Tampoco echo de menos el despertador,
las prisas, las bullas, los agobios, el comer rápido y a deshoras, el no pasar
tiempo con mi hija y con mi mujer y perder el tiempo quejándome por la rutina insana que
tenía y es que ahora no me sale ser hipócrita. Eso NO LO ECHO DE MENOS para qué
os voy a engañar.
Pero por favor, no me detengan los
que ahora me espían ni me tachen de insensible. Prefiero todo lo anterior a
estar viviendo esto, no porque lo eche de menos, sino porque hay gente que está
muriendo y se nos viene encima algo que no podemos ni siquiera valorar en estos
momentos y oficialmente, no nos lo van a contar por aquello de no alarmarnos.
Recuerda, silencio, pero el que calla, otorga.
Lo que no cabe duda es que tenemos
que cambiar, esto tiene que servir para salir reforzados y más humanos.
El sistema no va a cambiar pero
nosotros somos la maquinaria del sistema y tenemos que empezar a rodar juntos.
¡Qué utopía!
Es tiempo para pensar y reflexionar
en el tiempo que hemos perdido viviendo una vida sin sentido.
Déjame llorar hoy, sólo necesito un
momento para grabar a fuego en la memoria esto que ahora siento para que cuando
vuelva a estar agobiado y enterrado de mierda por la rutina y la normalidad
aparente recuerde lo verdaderamente importante.
Y para terminar mi pataleta por
favor, contrastemos la información con la oficial al menos por ahora. No por
confianza, sino por prudencia. Porque ahora estamos a lo que estamos, a salvar
vidas. La mierda ya la limpiaremos después porque nos vamos a hartar de
limpiar, no te quepa la menor duda.
El virus más letal en España se
encuentra en la incapacidad de los ciudadanos y la clase política de ser
imparciales y constructivos los unos con los otros.
No importa lo que haga uno u otro
color, siempre es negativo y se tiende a criticarlo por norma y esto es para
unos y otros.
Ya que todo queda grabado, tiren
ustedes de hemeroteca y véanse los unos con los otros enfrascados en el gallinero por hemiciclo por
aquello de contrastar con la versión oficial. Eso sí da vergüenza, señorías.
Desgraciadamente, eso sólo causa
desconfianza y odio. ¡Sigamos alimentando al bichito! ¿Lo han grabado todo sus
señorías?
¡Estamos idiotizados y monitorizados!
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