Cuando a veces los recuerdos se van de nuestra memoria, no por propia voluntad si no obligados, desahuciados por la terrible enfermedad del Alzheimer, y por suerte tenemos a la persona que ha compartido con nosotros tantos años de nuestra vida, que ya se la sabe mejor que uno mismo. Ya sé, lo malo, en este mundo de sombras y olvidos, es estar completamente solos, no tener la mirada de quien nos ama.
Hoy paseando vi una pareja de ancianos cogidos de la mano, los dos a paso lento. La mujer algo más “entera” que el marido, le iba vigilando si iba bien abrigado, que no se metiera en los charcos. Como si fuera su niño pequeño.Alguien del barrio me susurró “ son Claudia y Justino. Él tiene Alzheimer. Ella le mima”.
Esta es la historia de Claudia y su Justino. Dos viejos amantes. Dos supervivientes de la vida y del amor.
Buenos días mi amor. Son las 6 de la mañana, me desperté hace rato, pero hoy no quiero intentar volver a dormirme. Prefiero mirarte, ver como duermes, se te ve tan plácido, tranquilo. Hasta tienes tu sonrisa tierna, aquella que me enamoró hace 40 años, y que aún hoy cuando la veo, me rompo por dentro.
Quisiera verte siempre así, como tú eras, tranquilo, feliz, aunque quiero pensar, bueno sé que dentro de tu mundo eres feliz, que te llega mi amor, pese a que yo te eche tanto de menos. Hace tanto que nos robaron la vejez que soñamos. Pero aquí sigo yo peleona, para que un ratito al día, algo recuerdes.
Mi amor, hoy es San Valentín, no te acordarás ni quién es el tal Valentín. Siempre lo celebrábamos, nos gustaba que nuestro amor tuviera su santo, aunque para nosotros todos los días eran San Valentín.
Tuvimos suerte en amarnos ¿verdad? Mis rosas rojas, de pasión me decías guiñándome un ojo y con tu picara sonrisa en tus labios. Yo me reía y te comía a besos. Si caía entre semana, te preparaba tu comida preferida y a la noche salíamos a cenar. Si era en sábado o domingo hacías reserva para comer en nuestro restaurante preferido después, teatro, y para finalizar el día…uf aún me pongo colorada ¿te lo puedes creer? Ya no recuerdas nada.
Ahora somos tres, tú, el Alzheimer yo.
Hoy después de desayunar, miraremos nuestras fotos de cada San Valentín, otra costumbre nuestra. Luego nos vestiremos y muy guapotes nos iremos a hacer la foto de este año.
Me preguntarás varias veces qué para qué es la foto. Yo seguramente, te explicaré varias veces el día que es hoy. Con lo poco que te gusta últimamente posar, ya enfadado me dirás quién es S. Valentín. Yo prometo tener hoy el doble de paciencia de la que tengo normalmente, y repetirlo cuantas veces lo necesites. Comeremos en nuestro restaurant, aunque parezca mentira, al cabo de tantos años sigue abierto. Volveremos a casa, nos pondremos ropas cómodas y nos acurrucaremos en nuestro sofá, nos taparemos con nuestra mantita azul, nuestro color. Y entonces empezaremos nuestro juego de caricias-te recuerdo. Yo me estremeceré al cogerte tu mano y con ella acariciarme mi cara, cerrare los ojos, y con suerte, en ese momento tú volverás a ti y a mí, tus labios me besaran. Si no llega tu beso, te daré yo varios, y seguro que veré esta sonrisa tierna que tienes ahora. Veré, casi seguro, tu mirada extraviada, tu gesto de extrañeza, de no saber qué pasa, y yo para tranquilizarte, entre mis manos .cogeré tu cara, en un susurro, te diré, tranquilo mi amor, solo estamos recordando el sabor de las caricias, el de nuestros besos.
Luego entre tus brazos, solo pediré no perderte del todo vida mía.
Con amor, tu Elena.
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