Marilyn Monroe desde plurales circunstancias
¿Cuál era el pensamiento real de Marilyn Monroe según mi percepción?
Literalmente, mis queridos lectores, su existencia estuvo marcada por la fantasía, todo a su alrededor era apariencia; no obstante, el vacío estuvo presente permanentemente. Su faceta de actriz y esa capacidad de mostrarse al mundo alegre, aparentemente feliz y despreocupada, fue una forma de defenderse de su entorno, actitud que durante gran parte de su vida fue positiva, porque gracias a eso pudo desarrollar sus capacidades artísticas manteniendo su estructura melancólica contenida.
Si prestamos atención a la lectura de su rostro, vemos como revela el carácter y la personalidad. Luego su voz suave y aguda revelaba su soledad e incompatibilidad con su pareja, debido a su poca tolerancia y egoísmo. Las líneas angulosas en el nacimiento de su cabello dejaban al descubierto su enfoque por lograr el éxito a costa de su vida familiar, tanto fue así que le costó tres matrimonio; concretamente, cuando estuvo casada con DiMaggio, dijo que nunca sería la típica esposa italiana que él deseaba. Sus grandes pestañas eran una señal de su sensible y espiritual corazón. Su nariz revelaba su tendencia hacia la depresión, pero también la fuerza para decidir y decir lo que pensaba. Mientras que su lunar significaba que era amante de la buena comida y los placeres de la vida.
Su firma también nos dejó un mensaje de lo que reveló con su puño
¿La razón? Muy sencilla. Cada vez que escribimos interviene el cerebro y las emociones que generan los momentos de vida por los que atravesamos. En un estudio de su firma hay mucho por conocer acerca de esta rubia que nos ha robado el corazón. La velocidad con la que traza su firma habla de una mujer con carácter fuerte, dinámica, ambiciosa, impaciente; el movimiento que imprime en su firma nos descubre a una Marilyn astuta. La inclinación de su letra hacia la derecha muestra a una mujer sumamente sensual. En cuanto a sus relaciones de pareja, no hay duda que sus elecciones confirman lo que su letra revela: para ella era imprescindible sentir admiración por el hombre con el que compartía su vida.
Definitivamente se trataba de una mujer que, en ningún instante de su exitosa carrera artística y su trayectoria, olvidó ser niña, de hecho toda ella era una niña enamorada de las flores, los olores y los colores del amor, con grandes necesidades de afecto y aceptación por parte de quienes la rodeaban, con una personalidad melancólica o depresiva profunda. A lo largo de su vida experimentó muchas pérdidas; el hecho de ser abandonada a temprana edad por su madre, hizo que el dolor y el sentimiento de pérdida o abandono se agudizara en su personalidad y ello explica que todo lo que hizo fue una manera defensiva.
En resumen y desde mi percepción, Marilyn Monroe tenía procesos mentales rápidos aunque le fue difícil expresar sus necesidades, así como un sinnúmero de reflexiones sobre sus deseos íntimos: ser madre y formar una familia. Es probable que quienes la conocieran tuvieran dificultad para entender su manera de ser, percibida como cambiante e irascible, pero en realidad fue una mujer con aguda intuición, sensible a las necesidades de las otros.
Marilyn Monroe desde plurales circunstancias
No logró ser madre y creo que esa frustración la canalizó mostrando una enorme capacidad artística y su evidente elegante belleza. Esta frustración también pudo haberla influenciado para el derroche de sus bienes y la búsqueda de un estilo de vida lleno de placeres, e incluso excesos y vicios. Diplomática y dotada de un carácter fuerte que contrastaba con su imagen sensual y casi infantil, así era esta bomba sexy. Descubrir desde todos los ángulos posibles la personalidad arrolladora de Marilyn Monroe lleva a conocerla en lo más profundo. Miles de historias pueden contarse sobre qué pensaba, sentía y cómo actuaba, con verdades y mentiras.
En mi opinión Marilyn siempre se enamoraba, ese detalle en su personalidad la hizo única en su ser, ella mantenía la ilusión de encontrar en el humano la bondad y el bien, con su dulce inocencia, siempre buscando el amor y deseando confiar plenamente en los demás. Pienso que decepcionada del mundo y dolorida, anestesió un día su tierno sueño, sin ser consciente de que ya jamás despertaría; ya no podrían abanicar sus largas pestañas el aire siempre enamorado de sus mejillas. Y aunque Marilyn se durmió un día en un letargo, para el mundo sigue viva y despierta en ilusiones.
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