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Un ‘Romance’ llamado Lorca

“Somos miembros de una comunidad discursiva en la que los “otros” también tienen voz.”

“Cada enunciado responde a enunciados anteriores que interpelan y a su vez, espera una reacción, supone una respuesta. Todo enunciado es un eslabón en la cadena muy complejamente organizada de otros enunciados”.

Mijail Bajtín “El problema de los géneros discursivos”

Con este epígrafe queremos dar inicio a este artículo, con la finalidad de conmemorar la figura de Federico García Lorca.

Qué decir a lo ya dicho sobre el escritor granadino. Qué aportar como nueva información sobre el dramaturgo con sangre andaluza corriendo por sus venas. Pues, la pregunta es ¿por qué debemos decir algo nuevo?, ¿por qué estamos obligados a presentar un hallazgo lorquiano que revolucione lo ya estudiado? En esta conmemoración queremos tan solo retomar y reafirmar la grandeza literaria del gitano granadino. Ese será nuestro aporte, este será nuestra reacción, nuestra respuesta al enunciado lorquiano. Este será nuestro eslabón en la cadena de enunciados.

García Lorca se iba a convertir muy pronto en el más universal de nuestros escritores después de Cervantes, un autor al que se estudiaría en el mundo entero y que no ha dejado de inspirar desde su muerte obras artísticas y literarias. García Lorca fue conocido desde su estancia en la Residencia de Estudiantes por su trabajo entre los músicos. También por su obra de poeta, por supuesto, a raíz del éxito del Romancero gitano, y cómo no, como autor dramático, especialmente en los años treinta cuando, gracias a la experiencia de La Barraca, iba a adquirir también una gran experiencia dentro de la puesta en escena y de las técnicas teatrales. Maurice Ohana escribiría una ópera con Llanto por Ignacio Sánchez Mejías con la intervención de Maurice Moleau. En estas obras se puede apreciar la universalidad de García Lorca y la facultad que tiene su obra de prestarse a estilos y significados muy distintos

Recordemos que Lorca escribe mucho más de lo que publica, en su primera etapa productiva. Esto se gesta después de su fracaso como dramaturgo con “El maleficio de la mariposa” en marzo de 1920. El acontecimiento supuso un fracaso notable, pero no dañó el prestigio personal del poeta.  Entre 1920 y 1927 se encuentra enfrascado en la producción de “Poema del cante jondo”, “Canciones”, “Mariana Pineda”, “La zapatera prodigiosa” y “Romancero Gitano”.

El Poema del cante jondo, escrito casi en su totalidad en 1921, no se publica hasta 1931; Canciones, escrito entre 1921 y 1924, se publica en 1927; el Romancero gitano, comenzado en un sentido orgánico en 1924, aunque la idea originaria del libro data de antes, en 1928. Del mismo modo, Mariana Pineda, cuya versión definitiva es de enero de 1925, no se estrena hasta mediados de 1927; La zapatera prodigiosa, que comienza a escribirse en 1923 y es acabada en 1926, no se lleva a las tablas hasta 1930. Tampoco en este caso puede establecerse una cronología lineal, sin entrecruzamientos y simultaneidades. El desajuste entre los ritmos de creación y publicación o estreno deja ver que Lorca llega tarde, pero siempre a tiempo. En 1928 con amigos granadinos impulsa la revista “Gallo”.

“Romancero Gitano” fue publicado en 1928, en Madrid, por la Revista de Occidente. Más bien, la identidad andaluza que Lorca construye desde 1921, con el Poema del cante jondo, se halla lejos de todo folklorismo y pintoresquismo, y a la vez de un simple temperamento telúrico, porque hay que historizar la genialidad del poeta poniéndola en diálogo con el contexto literario de la España de la Edad de Plata. Neopopularismo y metáfora cubista o gongorina se entrelazan, así pues, en el Romancero gitano. En primer lugar, desentrañando el título, por lo que se refiere a Romancero, la originalidad de Lorca radica, como ya señaló Pedro Salinas, en sintetizar el género, recogiendo las virtudes del romance viejo y del nuevo, del romántico, del vulgar, y en saturar el cuerpo del romance con metáforas. En segundo lugar, por lo que se refiere a gitano, el libro se llama así lo mismo que otros romances se apellidan moriscos o fronterizos (cf. Soria Olmedo). Primer romancero gitano, en fin, porque Lorca era consciente de la novedad de un libro solo de romances con esta temática. Un retablo de Andalucía, con un solo personaje, la Pena, o incluso Granada en última instancia.

La Andalucía del Romancero, con todo, no es solo gitana; constituye un espacio mítico y simbólico por donde cruzan las fuerzas elementales de la vida y la muerte, y a la vez un palimpsesto de culturas, romana, árabe y cristiana. 

Entre 1920 y 1926 alterna entre Madrid y Granada. Las sucesivas estancias en la Residencia de Estudiantes en Madrid permiten al poeta relacionarse con las personalidades artísticas de Dalí y Buñuel. La amistad con Dalí lo lleva en 1925 a Cadaqués. Esta relación amistosa quedará celebrada algo más tarde, bajo la estética cubista, en la oda que el granadino dedica al pintor catalán. 1922 es el año en que Lorca lee en Granada su conferencia «Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz, llamado cante jondo» y organiza, junto con Manuel de Falla, el Concurso de Cante Jondo, celebrado en junio, en el recinto de la Alhambra. Huyendo de la españolada y de la Andalucía de pandereta, Lorca y Falla reivindican el cante jondo no tanto como fenómeno revelador del «carácter andaluz» En la fórmula estética de ambos, lo local es trascendido a lo universal. La conferencia lorquiana del 22, rehecha en los años 30 con el título de «Arquitectura del cante jondo», introduce una diferencia radical entre cante jondo y cante flamenco en cuanto a la antigüedad, la estructura y el espíritu de las canciones «En las coplas la Pena se hace carne, toma forma humana y se acusa con una línea definida». Estamos ya en plena «Andalucía del llanto», como la llama el propio Lorca en el poema «Pueblo», perteneciente a la sección «Poema de la soleá», en la Andalucía impregnada de pena negra que llega hasta la Soledad Montoya.  Al igual que en su poesía, Lorca eleva lo andaluz a lo universal, lejos de todo localismo pintoresco.

En 1926 Lorca pronuncia en Granada sus conferencias sobre Góngora (febrero) y el poeta granadino Soto de Rojas (octubre). Los dos son poetas barrocos, del pasado, aunque acaban siendo leídos en estas conferencias desde las claves estéticas del presente: la metáfora, la poesía pura, la conciencia de orden, construcción y límite con la que debe trabajar el poeta joven.

Tanto el Poema del cante jondo como el Romancero gitano poseen, en efecto, una coherencia estilística común. La atmósfera pura que han ido conformando movimientos de vanguardia como el ultraísmo, el creacionismo y sobre todo el cubismo, con la importancia que dan a la imagen a la hora de alcanzar la autonomía del poema. Esa atmósfera pura, basada en la objetivación distanciada, en un arte autónomo con respecto a la naturaleza y la realidad, en el poder de las metáforas para trasladar a una superior realidad estética.

Resulta muy conocida su idea, formulada en 1936, de que el teatro «es la poesía que se levanta del libro y se hace humana». A lo que añade a continuación: «El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre».

La obra de García Lorca está por entero dedicada a la libertad, a la sed de libertad, a la necesidad de libertad para el hombre, y en ello coincide con su tiempo. Los años ‘20 están marcados por las consecuencias de la revolución soviética, que vieron a un pueblo en armas, según la versión de Eisenstein en El acorazado Potemkin, erigirse contra la tiranía del zar; y también están marcados por la recepción en España de la Interpretación de los sueños de Sigmund Freud y en general del psicoanálisis, una nueva visión de la psique que iba convertir al hombre en el escenario de una lucha de la creatividad contra el poder, sus abusos y contra la tiranía de las normas.

La poesía de García Lorca es un himno a la libertad.  En definitiva, lo que la literatura de Lorca expresa es, de forma muy innovadora, la necesidad y la misión de la literatura de representar para el hombre la libertad, la fuerza liberadora de la literatura.

Bibliografía:

  • Carandell Z., (2018) La libertad en la obra de Federico García Lorca, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • Carandell Z., (2018) La universalidad de García Lorca, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • García M. Ángel, (2018) La emoción del escalofrío, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • García M. Ángel, (2018) Los años ’20. Tradición y Vanguardia, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • García M. Ängel, (2018) Una tribuna libre, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • García Montero L., (2018) El maleficio de la mariposa, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).
  • García Montero L., (2018) Libro de poemas, Granada-España (Depto. De Literatura Española de la Universidad de Granada).

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