Da título a una recopilación de textos de Umberto Eco, que la editorial Lumen ha tenido la feliz idea de editar (abril, 2020); artículos que enviaba quincenalmente a la revista L´Espresso. Parte de ellos se publicaron en su Segundo diario mínimo (Lumen, 1994) y que, antes de su muerte, agrupó.
Una de las mejores lecturas que nos podemos echar en estas pseudo- vacaciones.
Se echa de menos al intelectual italiano. Un verdadero intelectual que, seguro en estos tiempos de incertidumbre, aportaría toneladas de sentido común. No obstante un texto, Cómo evitar las enfermedades contagiosas, será un clásico, como empieza a serlo el profesor de semiótica y sabio a secas. Su sentido del humor y los temas que trata son tan refrescantes como pueda ser la brisa marina.
Me recuerda en España a Fernando Savater. Estos artículos vienen a ser como anticuerpos contra el dogmatismo, la ignorancia o la burocracia; para empezar. Si además despiertan la sonrisa, como si se tratase del segundo libro de la Poética de Aristóteles, mejor que mejor.
Ahora bien, si la extensión, en su mayoría es de una página y media, la glosa no debería exceder la página. Por un mínimo pudor. Así que ya termino, no sin antes recordar que fue Eco uno de los primeros en hablar en Europa de ese genio que es Woody Allen.
A imitación de Eco, podría titular yo un artículo: Cómo encontrar el número de asiento en el bus en un viaje interprovincial.
Be First to Comment