JOHN FORD (Me llamo John Ford y hago películas del oeste)
Como una gigantesca postal del Gran Cañón del Colorado, circulando por el mundo entero, fueron durante muchos años las películas del director John Ford, alguien a quien los Estados Unidos le deben un reconocimiento, por ser quien más ha difundido a través de la pantalla cinematográfica esa maravilla natural.
Es que este director utilizaba ese paisaje como marco a las aventuras de los cowboys que protagonizaban sus películas del far west.
El horizonte.
Si comparamos las imágenes de los Films de Ford con un estudio de dibujo o alguna pintura, veremos que la línea del horizonte, cobra un protagonismo fundamental.
Una línea bien alta, nos indica quien es más importante en la imagen, y ese apabullante paisaje de sus películas, donde no encontramos un punto de fuga, nos agobia inconcientemente, tanto como a los personajes de la historia
En esa majestuosidad que nos deslumbraba ocupando toda la pantalla del cine, los protagonistas de filmes memorables enfrentaban toda clase de peligros, siempre empequeñecidos ante ese milenario y descomunal monstruo rocoso, que parece dispuesto a devorarlos.
Caravanas atacadas por salvajes pieles rojas, diligencias asaltadas por malhechores, indios defendiendo su territorio de la invasión carapalida, bandidos, caza recompensas, vengadores, justicieros, traficantes de armas y bebidas y un sin numero de hombres fuera de la ley, transitaron los grandes westerns, siempre en esa increíble escenografía natural que es el Gran Cañón y que John Ford utilizo como nadie para filmar y difundir masivamente.
Algunos títulos:
La Diligencia, El hombre que mató a Liberty Valance, Centauros del Desierto, Fuerte Apache.
ANTHONY MANN
“Dadle a Mann un paisaje, una montaña y un llano. Y ya tendremos una obra maestra.”
En la analogía de un dibujo o una pintura con el cine, en las películas de Mann, la línea del horizonte desaparece, pues este director incorpora el paisaje al conflicto humano del protagonista de la historia.
Así de pronto, el individuo tendrá una doble carga psicológica, pues a la persecución o al peligro que lo acecha, deberá agregar la tensión de enfrentar una geografía tremendamente agresiva.
Atrapado en un territorio donde todo es hostil, (precipicios, avalanchas, ríos con rápidos insalvables o desiertos interminables) donde tampoco vemos un punto de fuga, se plantea entonces esa relación entre el hombre y el espacio, pero de manera diametralmente opuesta a la visión de John Ford.
Anthony Mann ha incorporado el paisaje como un problema adicional y como espectadores, de pronto nos estaremos planteando la pequeñez humana ante el tremendo poder de la naturaleza.
Ha ampliado el uso del paisaje y es entonces que el cine de Mann tiene además de aventuras, reflexión y cuestionamientos morales, mas allá de la violencia por la sobrevida que suele haber en las películas del far west y consecuentemente los personajes, al final de sus películas, no son los mismos seres del inicio de la historia, pues se ha modificado su manera de pensar.
Y el tratamiento del paisaje algo ha tenido que ver.
Algunos títulos:
Winchester 73 – Tierras Lejanas – Las Furias – El hombre de Laramie
CARLOS SORIN (El Paisaje interior)
A diferencia de los realizadores mencionados antes, en el que uno (John Ford) parece intentar apabullarnos con la grandiosidad del Gran Cañón, mientras los personajes se ven empequeñecidos ante esa fenomenal geografía, el otro (Anthony Mann) incorpora el paisaje como un obstáculo mas a sortear y nos perdemos en esa desigual lucha, en ambos casos sin punto de fuga, convirtiendo todo cuestión de vida o muerte.
CARLOS SORIN, que al igual que los otros utiliza el paisaje como un elemento fundamental en sus Films, lo hace desde otra perspectiva.
Le gusta filmar en espacios abiertos, en la extraordinaria inmensidad de la Patagonia argentina, pero en sus películas, la línea del horizonte, estará siempre bien abajo, mientras el primer plano será para el ser humano, ya que sus historias se centran en tratar los problemas que afligen a personas comunes.
Las angustias, los sueños, las alegrías y las frustraciones de la gente, tienen un tratamiento que lo emparenta con el neorrealismo.
El silencio, es otro elemento que Sorin incorpora para llevarnos a entender la soledad de esas personas y de tan singular lugar.
Ver a sus actores en medio de un paisaje desolado como es la Patagonia, y esa línea del horizonte que tanto mencionamos, bien abajo y la inmensidad de un cielo interminable como subrayando la soledad, es conmovedor, pero el primer plano del personaje en pantalla, nos indica que lo primordial es el ser humano persiguiendo su sueño.
“Historias Mínimas” es el titulo de una de sus obras, historias que se convierten en gigantescas y emocionan, que a diferencia de los ejemplos citados, en este caso hay un punto de fuga, y es el regreso a su hogar o a la búsqueda de los afectos abandonados o la persecución de un sueño a través de rutas infinitas, algo que Sorin nos muestra en estudiadas diagonales que hacen soñar con embarcarse en un viaje, acompañando a esos seres que hemos visto en pantalla y con quienes, de a poco, hemos empatizado.
Analizando toda la obra de este realizador, es indudable que la mirada, los gestos mínimos, el rostro y los sentimientos de las personas, son el paisaje principal en la obra de Sorin.
Algunos Títulos:
La Película del Rey, El camino de San Diego, Historias Mínimas, El Perro.
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