¿Qué sucede el viernes 13?
Si crees en la mala suerte y te aterrorizan estos días, siento decirte que la próxima semana tenemos uno a la vista (quisiera hacer un paréntesis para hacer referencia a tres palabras nuevas que he descubierto mientras preparaba el artículo, y que me han parecido muy interesantes: «parascevedecatriafobia», «collafobia» y «friggaatriscaidecafobia», las tres referidas a la fobia a este día).
Pero el 13 de noviembre no es diferente solo por esto: es el «Día de las Librerías», una fecha con la que se intenta dar un impulso a la lectura y a las librerías como algo más que un mero espacio lleno de libros. Se intenta promover el enriquecimiento cultural, ese que cada vez está más cerca del estancamiento y del retroceso. Las librerías han intentado reinventarse buscando un hueco en la era digital y buscando una alternativa de negocio más allá de las estanterías y los libros. Concursos, lecturas, tertulias, cuenta cuentos y otras actividades literarias se realizan en estos lugares (ahora con llegada del COVID, por vía telemática) para celebrar esta fecha.
El trato cercano con el cliente, la relación tan estrecha con el librero, humanizan todavía más este espacio, estas cuatro paredes, unas modernas, otras con solera, con vida propia… con historia. Comercios de barrio, a pie de calle, encierran algo más que páginas y páginas rellenas de palabras, olor a papel y a tinta, polvo en y sus estanterías. Encierran confianza, años de dedicación y pasión y tradición.
La librería más antigua de España se encuentra en la provincia de Burgos: «Hijos de Santiago Rodríguez«, fundada en 1850. Este negocio familiar ha pasado de generación en generación, de padres a tataratataranietos. La librería más antigua de Madrid, «Nicolás Moya» sita en la Calle Carretas, cuenta con más de 150 años de historia y la «Librería Pérez Galdós«, con sus estanterías altas de madera que contienen tesoros escondidos, son un paraíso para cualquier amante de la lectura.
Vivimos en la era de la tecnología, pero la magia de estos lugares llamados «librerías» no podemos perderla. En una de estas librerías encontré uno de los tesoros más preciados para cualquier escritor: la libertad, allí donde las palabras cuentan una historia, donde las historias cobran vida.
Hasta la próxima.
Imagen de cabecera de S. Hermann & F. Richter en Pixabay
Be First to Comment