Nuestro conocimiento es necesariamente finito,
mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita.Karl Popper, filósofo inglés.
Una de las acepciones del término «conocer» es averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas. Esto es, adquirir la información necesaria para entender la realidad de las cosas a través de la razón y de la inteligencia. El conocimiento implica, por tanto, un proceso de aprendizaje.
Desde el punto de vista sociológico, el conocimiento es también un fenómeno cultural, ya que se transmite a través de la cultura y ayuda a conformar a la vez dicha cultura en un proceso de retroalimentación. En este sentido, la Sociología del Conocimiento estudia los orígenes sociales de las ideas y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre una sociedad determinada.
El conocimiento ha sido objeto de estudio por numerosos autores entre los que podemos citar a Jean Piaget, que intentó explicarlo a través de la teoría del desarrollo cognitivo, y a Lev Vygotsky, según el cual la adquisición del conocimiento es la resultante de la interacción social.
Para Piaget, el desarrollo cognitivo es un proceso directamente relacionado con la maduración biológica del individuo. Según el epistemólogo y biólogo suizo, los niños son como pequeños científicos que tratan de explorar el mundo que les rodea para darle sentido. Esto ocurre a través de cuatro etapas (que se van sucediendo a medida que el niño crece) y gracias a un periodo de asimilación —en el que se añade nueva información a los esquemas existentes en su mente— y otro de acomodación mediante el cual se puede cambiar un esquema existente una vez acomodada la nueva información recibida.
Para entender lo anterior, imaginemos que el niño solo ha visto perros pequeños a lo largo de su corta vida. Su esquema mental de la idea «perro» será la de un animal de pequeño tamaño. Cuando ese niño descubra otras razas mayores, a través de la asimilación añadirá nueva información y, por medio de la acomodación, modificará su esquema mental del término «perro».
Lev Vygotsky, por su parte, concibe el desarrollo personal como una construcción cultural que se realiza a través de la interacción con otras personas de una misma cultura a través de actividades compartidas. De esta manera, en el desarrollo cultural del niño toda función psicológica aparece dos veces, primero socialmente y después a nivel individual.
Sea como fuere, podemos identificar algunos elementos comunes en el proceso del conocimiento: el sujeto, que es quien recibe y asimila el conocimiento; los objetos que sirven al sujeto para conformar el conocimiento; el proceso cognoscitivo que permite la interacción entre sujeto y objeto y el pensamiento, entendido como la huella psíquica que el proceso cognoscitivo deja en el sujeto con relación a su experiencia con el objeto.
Para Popper, el conocimiento es la búsqueda de la verdad y es algo falible para el ser humano que nunca podrá conocer nada con total seguridad. Siempre habrá ocasión de corregir la concepción que se tiene sobre lo aprendido. De esta manera, el conocimiento científico es considerado por Popper como el mejor del que se dispone, aunque no el único. Y es que, cuando Popper habla del desarrollo del conocimiento científico, no pone el acento sobre las teorías existentes, sino en el continuo derrocamiento de estas para sustituirlas por otras mejores o que sean más satisfactorias, de manera que siempre estaremos inmersos en un continuo proceso de renovación teórica que explique la naturaleza de las cosas.
El instrumentalismo de Popper nos lleva a asegurar que las teorías son solo herramientas predictivas; un instrumento de acercamiento. Esto nos deja el panorama de que nunca se conocerá la verdad absoluta sino tan solo una aproximación a dicha verdad.
Y yo me hago la misma pregunta que Pilato le hizo a Jesús de Nazaret: ¿qué es la verdad? Obviamente hay una diferencia importante entre el quinto prefecto de la provincia romana de Judea y yo: él solo hacía la pregunta retóricamente. No le interesaba saber la respuesta porque no creía en ella. Yo me pregunto si el conocimiento nos lleva a conocer la verdad o, como dice Popper, solo nos aproxima a esta.
Y ya puestos en temas religiosos, si hemos explicado que el conocimiento es el proceso mediante el cual el individuo asimila y adecua los esquemas mentales a través de la experiencia, ¿de dónde sale la idea de Dios? Obviamente, dicha idea ha tenido que ser transmitida culturalmente a través de los siglos, de manera que podría argumentarse que en la idea de Dios existe un determinismo cultural profundamente arraigado.
Puestos en el ejemplo de Jesús, nadie duda de que la figura histórica del nazareno, independientemente de que se crea en su divinidad o no, rompió los esquemas mentales que tenía el pueblo judío sobre la venida del Mesías. Los que siguieron su doctrina cambiaron esos esquemas mentales, tal y como explicaba Piaget en el caso de los niños, dando sentido incluso a las palabras que Mateo pone en boca de Cristo cuando dice: «…en verdad os digo que si no se convierten y se hacen como niños no entrarán en el reino de los cielos». ¿Era este otro modo de decir que era necesario asimilar y acomodar la información para aceptar la nueva verdad? ¿Tal vez se adelantaba el propio Jesús a los postulados de Piaget?
Para el budismo, la ignorancia de la verdadera naturaleza de las cosas se considera una de las causas del sufrimiento. Para alcanzar el nirvana, el budista debe investigar la naturaleza del mundo. Otra vez el conocimiento como meta.
Aunque son muchas las voces que desde el empirismo y el racionalismo se rebelan contra todo tipo de creencia religiosa, yo no voy a pronunciarme en ningún sentido. Solo digo que la verdad sigue esperándonos ahí fuera, aunque también, y esto no debemos olvidarlo, se deja sentir dentro de cada uno de nosotros.
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