Press "Enter" to skip to content

Non serviam

No, no te serviré, de ninguna de las maneras. Ni a ti ni a ninguno de vosotros.

Vicente Huidobro titula su manifiesto creacionista como Non serviam, las palabras que Lucifer, el ángel caído, el más bello de entre todos los ángeles, le dirigió a Dios. No te serviré. El poeta chileno agradece enormemente la labor que la Naturaleza ha ofrecido a lo largo de los tiempos, pero ahora proclama la autonomía del artista, poseedor de un arma capaz de alcanzar todos los rincones conocidos y aún por conocer: la palabra. Porque precisamente esa es la esencia del lenguaje; su función podrá ser la comunicación, pero no lo que palpita en sus entrañas. El lenguaje es creación; todo aquello que no es abarcado por él, simplemente no existe, no es. Al principio fue el Verbo, y ese es el capaz de crear realidades, mundos, vidas. De ahí que uno de los objetivos primordiales a lo largo de la historia haya sido buscar ese lenguaje primigenio que fue capaz de dar a luz nuestro existir. Huidobro reclama ese poder de creación, de nacimiento, dando por finalizada la estúpida idea de la imitación. Son mis creaciones, mis realidades, mis mundos, y no tienen que parecerse a ningún otro si yo no quiero. Soy capaz de moldear uno propio con mis reglas, con mis colores, con mi alma.

Y he aquí que una buena mañana, después de una noche de preciosos sueños y delicadas pesadillas, el poeta se levanta y grita a la madre Natura: Non serviam.

Con toda la fuerza de sus pulmones, un eco traductor y optimista repite en las lejanías:«No te serviré».

La madre Natura iba ya a fulminar al joven poeta rebelde, cuando éste, quitándose el sombrero y haciendo un gracioso gesto, exclamó: «Eres una viejecita encantadora».

Ese non serviam quedó grabado en una mañana de la historia del mundo. No era un grito caprichoso, no era un acto de rebeldía superficial. Era el resultado de toda una evolución, la suma de múltiples experiencias.

El poeta, en plena conciencia de su pasado y de su futuro, lanzaba al mundo la declaración de su independencia frente a la Naturaleza.

Ya no quiere servirla más en calidad de esclavo.

El poeta dice a sus hermanos: «Hasta ahora no hemos hecho otra cosa que imitar al mundo en sus aspectos, no hemos creado nada. ¿Qué ha salido de nosotros que no estuviera antes parado ante nosotros, rodeando nuestros ojos, desafiando nuestros pies o nuestras manos?

Hemos cantado a la Naturaleza (cosa que a ella bien poco le importa). Nunca hemos creado realidades propias, como ella lo hace o lo hizo en tiempos pasados, cuando era joven y llena de impulsos creadores.

Hemos aceptado, sin mayor reflexión, el hecho de que no puede haber otras realidades que las que nos rodean, y no hemos pensado que nosotros también podemos crear realidades en un mundo nuestro, en un mundo que espera su fauna y su flora propias. Flora y fauna que sólo el poeta puede crear, por ese don especial que le dio la misma madre Naturaleza a él y únicamente a él.

Non serviam. No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo. Te servirás de mí; está bien. No quiero y no puedo evitarlo; pero yo también me serviré de ti. Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas.

Y ya no podrás decirme: «Ese árbol está mal, no me gusta ese cielo…. los míos son mejores».

Yo te responderé que mis cielos y mis árboles son los míos y no los tuyos y que no tienen por qué parecerse. Ya no podrás aplastar a nadie con tus pretensiones exageradas de vieja chocha y regalona. Ya nos escapamos de tu trampa.

Adiós, viejecita encantadora; adiós, madre y madrastra, no reniego ni te maldigo por los años de esclavitud a tu servicio. Ellos fueron la más preciosa enseñanza. Lo único que deseo es no olvidar nunca tus lecciones, pero ya tengo edad para andar solo por estos mundos. Por los tuyos y por los míos.

Una nueva era comienza. Al abrir sus puertas de jaspe, hinco una rodilla en tierra y te saludo muy respetuosamente.

No, no te serviré. Como durante aquellos años los artistas tampoco quisieron servir los gustos del momento, no aceptaron prostituir su arte y ni a sí mismos. Épater le bourgeois.

Ya se escuchó anteriormente ese canto en el romanticismo, en esa lucha feroz del hombre frente a todo. El romántico gritará, como el propio Belcebú, Non serviam, y lo hará dirigiéndose a todo y a todos, no solo a Dios sino a toda la sociedad. No, no te serviré; sé que mi lucha está perdida y que sois mucho más poderosos que yo, que la derrota no puede más que cernirse sobre mi futuro, pero no, no te serviré, porque quiero ser libre, aunque pierda y salgáis triunfantes. No significa que no tenga miedo, como cuando Espronceda me lleva a casarme con la muerte. No, no es que no la tema; no es que no sienta pavor. Os desafío en una lucha desigual.

Y sin embargo, nunca jamás todo ha estado tan prostituido como ahora y nunca jamás ha habido tan poca lucha. La mediocridad y la mercantilización campan a sus anchas, inundándonos de manifestaciones pobres.

No, no te serviré, ni a ninguno de vosotros. Perderé, pero seré libre.

Enaltecisteis a Prometeo, el titán que se enfrentó a los dioses para entregar el fuego al hombre, para daros la sabiduría y que dejarais de ser unas simples marionetas. El castigo divino fue terrible, pero gozó de vuestro respeto. El Ángel hizo lo mismo; luchó por vuestra libertad, y lo condenasteis eternamente, lo declarasteis culpable y  castigasteis a vivir siempre rodeado de lenguas de fuego.

No, no te serviré, de ninguna de las maneras. Ni a ti ni a ninguno de vosotros.

Be First to Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies