En ‘No somos tan malos’, una novela psicológica y de misterio que editó con La Palabra Púrpura, la escritora mexicana nos invita a explorar la mente de una persona que comete un crimen. Su objetivo, cuenta, es generar empatía, reflexionar sobre el origen de la violencia y pensar en los patrones que generan un ciclo de abusos en muchos contextos y familias.
¿Por qué ‘No somos tan malos’ es una novela psicológica o existencialista, como la llaman algunos?
Esencialmente, escribí esta novela tratando de descifrar la mente del abusador y el golpeador, no en busca de justificarlo sino tratando de hallar una respuesta desde una perspectiva psicológica a ciertos comportamientos negativos que parecen ser un común denominador en los abusadores. Parte de que se considere una novela psicológica es debido a que la historia intenta descifrar el pensamiento de una persona que viene de un hogar insano con una madre alcohólica y un padre golpeador, al ser un ente inestable emocionalmente tiende al desplazamiento y la negación como mecanismos de defensa. La pregunta aquí es: ¿en qué momento se transmuta la personalidad? ¿es que la persona se vuelve mala? ¿Cuáles son los límites de la maldad? ¿Es víctima? ¿En qué momento deja de ser víctima?
Parte de estas preguntas, el continuo soliloquio del protagonista en el cual se cuestiona una y otra vez el porqué de todo sin llegar a hilar respuesta alguna, es quizás el elemento que le da ese toque existencialista a la obra.
¿Por qué has elegido este título?
Porque a pesar de todo, realmente no considero que se pueda acusar a nadie de ser absolutamente malo. Mi intención al hacer el protagonista al mismo que el antagonista (el villano), es dar a la gente la oportunidad de entender que muchas veces conocemos personas que parecen malas, pero no tenemos la empatía de preguntarnos qué vivieron que los hizo así. La importancia de esta empatía no es sucumbir y ser permisivos ante la maldad, sino poder detectar patrones tempranos en niños y adolescentes que quizás puedan cambiar el rumbo de sus vidas.
“Escribí esta novela tratando de descifrar la mente del abusador y el golpeador”
¿Cuál es el mensaje principal que has querido plasmar en ‘No somos tan malos’?
Me gusta pensar que el mensaje es el título, realmente no somos tan malos. Mi principal mensaje sin duda en la alteridad y la empatía, pero, sobre todo, creo que se debe poner gran énfasis en la violencia que viven actualmente muchas personas, desde mi perspectiva, lo más preocupante (y espero que se entienda en el libro) es que existen una gran cantidad de niños que a diario ven y sufren violencia y que una parte de ellos, en un futuro, se volverán violentos.
¿Qué tipo de lector crees que puede disfrutar más tu libro?
Considero realmente que es un libro que puede gustar a adolescentes y adultos que gusten de la novela psicológica y la novela filosófica.
¿Qué devoluciones has tenido hasta el momento de los lectores? ¿Algún comentario que te haya sorprendido?
Sí, creo que todos convergen en que mi léxico es pomposo, pero soy de la idea de que el español sucumbe cada día debido a que ya nadie utiliza su maravilloso poder. Un libro debe aportar algo más que una buena historia, conocimientos y preguntas, ¿qué mejor que una palabra?
¿Qué autores del género admiras o te han influenciado?
Sin duda, Dostoyevski, Pushkin, Tolstoi, Gryvoyedov, Camus, Sartre, han sido algunos de los escritores que han sido de gran inspiración para mí, dado que se centran en la crítica social y el cuestionamiento a la existencia.
¿Qué proyectos tienes para el futuro?
Por ahora tengo en puerta un tercer libro que está pausado debido a que estoy terminando mi maestría, pero espero poder terminarlo para finales del 2022.
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