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Por un momento dudé de si habría dado con el lugar exacto. Me cercioré de que me hallaba, en efecto, en el café “La Palma”, en el barrio madrileño de Malasaña, y sólo su voz, inconfundible en la lejanía brumosa de los pasillos, me sacó de esos segundos de aturdimiento. Seguí como sonámbulo el rastro melódico, que se iba afianzando a medida que abría puertas y avanzaba en la penumbra cargada del local, hasta dar con una sala alargada, no demasiado espaciosa, en la que la gente se amontonaba entonando canciones que empiezan a antojárseme ya legendarias. El concierto ya había comenzado. Pero Zahara Eléctrica, el grupo al que fui a escuchar esa noche de febrero, tenía todavía repertorio para rato. Zahara Eléctrica se define como una banda que hace “pop de autor”. Su vocalista, Zahara, es una chica de 24 años que comenzó su andadura musical como cantautora en 1997. En sus inicios, cantaba en solitario, acompañándose únicamente de su guitarra acústica, pero desnudándose, como ahora, en cada una de sus canciones; y ha sido el genial músico Alfonso Alcalá quien la ha vestido con arreglos eléctricos cuidadosamente diseñados a su medida. El resultado es una combinación explosiva de creatividad y talento musical. Zahara es esa chica coqueta y risueña que sostiene la guitarra eléctrica en el escenario, y que adopta de maravilla una impostura de niña cursi y sensiblera, que se insinúa, pizpireta, seduciendo al público con la exquisita delicadeza de su voz y su sonrisa esmerilada. Con el pelo negro recogido en un coletero rosa, Zahara susurra en el micro palabras que encierran toda la sensualidad cautivadora de su voz. Y esa fuerte personalidad impacta de forma nítida en las letras de todas sus canciones. En ellas nos transmite las inquietudes de una chica moderna, urbana y sofisticada, capaz de reparar con finura en los tesoros que esconden los detalles más triviales de la vida; desde los pormenores del amor, hasta el aroma de las mandarinas o el gusto por el café recién hecho. Son letras muy próximas, que involucran enseguida a quien las escucha y satisfacen al público más exigente, cansado ya de artistas insustanciales. Su música, repleta de arpegios limpios, rasgueos de guitarra eléctrica y melodías coloridas y envolventes, se aproxima a distintos registros del pop, pero mantiene siempre una personalidad propia muy singular. La seguridad que Zahara derrocha en el escenario viene sustentada por una base rítmica, a la vez, constante e infalible. El eterno bajista granadino, Alfonso Alcalá, y el baterista, Pablo García, que se unieron a la banda en 2005, han sabido dotar a las canciones de la cantautora de una cadencia precisa y contundente, y la complicidad creada entre ambos los hace sonar de forma extraordinariamente compacta. Acababa de entrar en la sala y de saldar mi primer gin-tonic en la barra, cuando las notas de Day Tripper, de The Beatles, pulsadas en el mástil por Alcalá, empezaron a sonar con un cariz jazzístico, y Zahara, contoneándose a lo Dee-Dee Bridgewater, interpretaba una soberbia versión de los de Liverpool. Inmediatamente pude escuchar algunas de las canciones más célebres de “los eléctricos”, como Photofinish, Olor a mandarinas o Merezco. A pesar de esa pose infantil y algo frívola que le gusta aparentar, Zahara irradia una alegría espontánea y contagiosa en todas sus interpretaciones, y en la que quizás sea su canción más lograda, Con las ganas, se trasluce una ternura y una melancolía que ponen la piel de gallina. Fue con este tema con el que cerró el concierto. Y luego, sin más, desapareció. Lo sensacional de esta cantante, lo que nos enamora, es no sólo que posee una voz deslumbrante y sin limitaciones aparentes, interesantes habilidades histriónicas y un gusto musical exquisito, sino que es, además, una mujer dulcemente misteriosa… Como decían los Beatles en Day Tripper, “she was a day tripper”, “she is a big teaser”. Puede escuchar a Zahara Eléctrica en http://www.myspace.com/zaharapop VEA TAMBIÉN Antonio Muñoz VicoOtras obras de Música Este artículo en los foros de Lenguas de Fuego
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Revista de Cultura Lenguas de Fuego - ISSN 1886-3027
Última actualización: 1 de abril de 2008 |